Hay momentos difíciles de olvidar, momentos en los que haciendo senderismo o montañismo las fuerzas nos flaquean y tenemos pensamientos de lo más negativos; “¿Qué hago aquí, con lo bien que estaría en mi casa descansando? ¿Quién me habrá mandado venir aquí a subir este pico?”. Y te digo algo, el que practique montañismo y nunca se haya sentido así no debe ser humano.
Pero si bien es cierto que es muy humano pensar así en esos momentos de flaqueza, también es cierto que podemos hacer bastantes cosas para superarlo.
Marc Bolufer
Marc Bolufer Gil (Psicólogo Master en Psicología del Deporte, Coach Profesional Certificado, Formador y Conferenciante Internacional), a través de este artículo nos dará las claves que nos ayudarán a vencer la adversidad y superarnos día a día. ¿Listo para alcanzar cimas más altas?.
Seguro que todos hemos oído, pensado e incluso pronunciado comentarios como los siguientes con respecto a deportistas de élite: “le ha podido al presión”, “no sabe competir en las citas importantes”, “es demasiado agresivo”, “tiene miedo a ganar”… y un largo etcétera. Todas ellas referidas a aspectos psicológicos.
Pues bien, en la mente del senderista, montañero ó simplemente aficionado a salir a la montaña los domingos, cuando pasea, entrena ó compite, se suceden una serie de procesos mentales que determinarán el éxito ó el fracaso en la consecución de sus objetivos (sean cuales sean… subir un pico de miles de metros ó simplemente llegar a una determinada hora al merendero de turno).
“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos estás en lo cierto”
Henry Ford
Esther, una de las fundadoras del grupo pensando en su próximo reto
La Autoconfianza, la Motivación, el nivel de Activación, la adecuada gestión del Estrés, el Diálogo Interior y el foco de Atención/Concentración, son algunas de las variables que influyen decisivamente en el rendimiento. En gran medida, el éxito dependerá de cómo se gestionen estos procesos y de la capacidad para superar las creencias limitantes, bloqueos mentales, y demás barreras psicológicas que suelen aparecer en el camino hacia la meta.
“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos estás en lo cierto” (Henry Ford, Fundador de la multinacional Ford Motor Company) ó como dijo Ralph Waldo Emerson, filósofo estadounidense del siglo XIX, “el pensamiento es la semilla de la acción”. Todo efecto tiene una causa, nada es casual, y nuestros pensamientos son los causantes directos de nuestras acciones y en gran medida del éxito ó el fracaso de todo aquello que emprendemos.
En el mundo de la competición, y los deportes de montaña no son una excepción, todo deportista compite siempre antes que con sus rivales, consigo mismo. Esa batalla interna se libra a base de pensamientos, lo que denominamos la voz interior, los autodiálogos. La capacidad del deportista para liderar ese proceso que se produce en el interior de su cabeza marcará la diferencia entre seguir ó abandonar, entre hacer un último esfuerzo ó rendirse, entre sacar fuerzas de flaqueza ó dejarse llevar.
Pachu, la campeona del club entrenándose para la Transvulcania
Si analizamos nuestros pensamientos, fácilmente nos daremos cuenta de que están formados ni más ni menos que por palabras. Pensamos y razonamos a través de ellas. Las mismas que utiliza un buen líder para motivar ó un mal jefe para machacar a su equipo. Si atendemos a esta última analogía nos daremos cuenta de la importancia de escoger bien las palabras que utilizamos en nuestro diálogo interno.
Hay que tener en cuenta que nuestro cerebro no entiende de literatura, de matices; sencillamente funciona a través de conceptos puros. Si le propongo al lector de este artículo que NO piense en un elefante rosa, estoy seguro al 100% que en este mismo instante será exactamente en lo que está pensando… en un elefante rosa. Llevado a la mente del deportista, si su diálogo interior le da instrucciones como “NO puedo rendirme” ó “NO puedo fallar”, las palabras que resonarán en su cabeza una y otra vez no serán otras que rendirse y fallar, lo que aumenta exponencialmente las probabilidades de que termine haciendo alguna de esas dos cosas. Pensar en positivo, ó más bien, formular las órdenes a mi cerebro en positivo influirá decisivamente en las posibilidades de éxito. Por ejemplo, en lugar de pensar “no puedo rendirme”, pensar “voy a seguir”, “quiero ganar” ó cualquier otra sinonimia en positivo que se nos ocurra.
Soledad y silencio en la montaña
Para el senderista, su liderazgo interior y el manejo de las emociones deben ser las piedras angulares en su preparación mental para alcanzar el éxito.
¿Qué son las emociones? Emoción es un término que tiene su raíz etimológica en el vocablo latino “emotio” que significa “movimiento ó impulso”, “aquello que te mueve hacia” (no es casual que comparta origen con la palabra Motivación). Por lo tanto las Emociones son estados mentales que nos predisponen hacia una determinada acción. Las emociones son las responsables de los actos más heroicos y bellos del ser humano… pero también de los más deleznables. Por ello, saber entender, controlar y modificar los propios estados emocionales determina nuestra capacidad de respuesta ante cualquier situación.
La satisfacción de hacer cima
En una competición deportiva, en una marcha por la montaña ó en una ascensión, se suceden momentos de calma, tensión, alegría, decepción, sufrimiento y disfrute, entre otros muchos. Cada uno de esos momentos tiene un impacto emocional en el deportista, y esas emociones, como ya hemos comentado, una influencia directa en sus conductas y su rendimiento.
Pues bien; hasta aquí la parte sencilla, comprender la importancia de la gestión emocional para el Alto Rendimiento Deportivo. Ahora la parte más importante pero también la más compleja: cómo hacerlo.
La herramienta fundamental para poder llegar a gestionar correctamente las emociones es, sin lugar a dudas, el Autoconocimiento. No podemos trabajar sobre aquello que desconocemos, es obvio. No todas las personas nos vemos afectadas de la misma manera por las mismas emociones. Ante la alegría, la tristeza ó cualquier otra emoción, cada persona reacciona de una manera particular. La pregunta es ¿qué emociones me afectan a mí y de qué manera?, ó dicho de otro modo ¿cómo me comporto yo cuando estoy afectado por una u otra emoción? y a continuación, ¿qué situaciones me provocan estas emociones? y ¿qué señales físicas empiezo a notar cuando se gestan estas emociones en mi interior?
Este sencillo ejercicio de autorreflexión nos permite poder anticipar nuestros estados emocionales y trabajar sobre ellos antes de que nos lleven a conductas desajustadas ó resultados no deseados. Hay que tener en cuenta que la intensidad de las emociones es clave a la hora de su manejo. No es lo mismo tratar de apagar una chispa que un incendio, ni soportar la fuerza de una ola ó la de un Tsunami. Recuerda que un fuego siempre comienza con una chispa y que un Tsunami viene precedido de una suave ola.
Esther a punto de hacer cima
Llegados a este punto, herramientas como la respiración diafragmática, el feedback positivo, la reestructuración cognitiva ó la de detención del pensamiento entre otras, pueden ser muy útiles al deportista para gestionar correctamente sus emociones y librar con éxito la batalla emocional para alcanzar sus metas y objetivos.
En el deporte, al igual que en el ámbito técnico, táctico y físico, en el aspecto psicológico también existe un profesional específico que se encarga de la preparación mental del deportista: el Psicólogo ó Coach Deportivo. Es el profesional preparado para trabajar la mente del deportista; es el técnico que dedicará sus esfuerzos a instruir al deportista en las habilidades, herramientas y técnicas necesarias para que rinda a su máximo nivel y desarrolle todo su potencial competitivo.
Pachu disfrutando de la montaña
El grado de implicación del deportista, así como la incorporación a su rutina diaria del entrenamiento psicológico, serán claves para que el trabajo mental dé los frutos deseados y se desarrollen las competencias psicológicas necesarias para competir, para llegar a ser la mejor versión de sí mismo, pero sobre todo, y lo más importante, para disfrutar del camino.
Agradezco a Marc Bolufer la colaboración prestada con la confección de este artículo, con la esperanza de que te haya parecido como mínimo la mitad de interesante que a mí, y que la próxima vez que te flaqueen las fuerzas puedas hacer uso de las poderosas herramientas que nos ha enseñado a usar.
Si el tema te interesa y quieres profundizar más en él, no dejes de visitar su página www.plustraining.es. También puedes seguir a Marc a través de Facebook: plustraining.es y de twitter: @marcbolufer
Y ahora te voy a pedir que hagas algo que todo buen amante de la montaña sabe hacer de forma innata: Compartir.
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